top of page

Árboles que hablan



Terumá


Rabino Eliezer Shemtov


En la parashá de esta semana, Terumá [1], leemos sobre la orden de recolectar los materiales necesarios para construir el Mishkán, el Santuario, en el desierto.


Entre los materiales requeridos para construir el Mishkán había madera de acacia que se utilizó para confeccionar diferentes componentes del Mishkán.


Rashi nos explica de dónde apareció en el desierto la madera de acacia.


Sobre las palabras “y madera de acacia”[2], Rashi comenta: “y de dónde lo tenían en el desierto? Explicó Rabí Tanjuma: nuestro patriarca Iaakov vio por medio de la profecía que los judíos estaban destinados a construir el Santuario en el desierto, así que trajo arboles de acacia a Egipto y los plantó y ordenó a sus hijos que los llevaran con ellos llegado el momento de salir de Egipto”.


Cabe preguntarse: 


¿Por qué trae Rashi una explicación totalmente ajena al sentido simple del texto en vez de explicar que compraron la madera a comerciantes de la zona o que talaron árboles que crecían cerca del Monte Sinaí?


Se puede explicar de la siguiente manera:


Las órdenes en cuanto a las donaciones que había que recolectar para la construcción del santuario fueron expresadas en términos de “tomar” en vez de “dar”: “Que tomen para mí una contribución…. Tomarán mi contribución… La contribución que deben tomar de ellos”[3]. ¿No debería ser expresado en términos de “dar” o “traer” las contribuciones, tratándolo más como un acto del donante que del colector? 


En cuanto a los donantes solo dice que habría que “separar” las donaciones. La implicancia en estas expresiones es que las donaciones vinieron de los materiales que ya poseyeron. Si la orden vendría en términos de “dar”, podría implicar que aun si no poseen los materiales deben salir a adquirirlos para poder “dar”. De la manera que está expresada, “separar” y “tomar”, se entiende que se trataba de materiales que ya tenían con ellos. 


Es por eso que Rashi pregunta: “¿Y de donde tenían madera en el desierto?” O sea, ¿quien lleva consigo madera para viajar por el desierto? Y trae el comentario de Rabí Tanjuma en cuanto a la visión profética de Iaakov y su preparación para este momento.


Con esto podemos explicar un comentario anterior de Rashi. Sobre las palabras “Y tejélet y argamán etc.” comenta: “‘y tejélet’, se refiere a lana teñida con la sangre del Jilazón cuyo color es turquesa. ‘Y argamán’, lana teñida de un color denominado argamán. ‘Y Shesh’ es lino.


A primera vista parecería que Rashi viene a explicar qué son las tres cosas mencionadas en el texto. Pero no se entiende: 


1) Rashi no explica cuál es el color argamán, más allá de decir que es un color denominado argamán.


2)   ¿Qué necesidad ve Rashi para definir que Shesh es lino? Encontramos mención de Shesh en un versículo anterior a este [4] y rashi no lo explica ahí. Se supone que no lo hace porque todos saben qué quiere decir, inclusive el “niño de cinco años” con quien Rashi está estudiando el texto por primera vez. ¿Por qué, entonces, explicarlo aquí?


La respuesta es que Rashi no tiene como objetivo explicar qué son estas tres cosas sino explicar cómo era que lo tenían con ellos en el desierto. En cuanto al oro, plata y cobre ya sabemos que pidieron prestado a los egipcios utensilios de oro y de plata. Al cruzar el mar recolectaron gran riqueza de los egipcios ahogados en el mar. Pero, ¿de dónde sacaron los colores? ¿Acaso se sale de viaje por el desierto llevando botellas de tinta para teñir?


Es por eso que Rashi dice que no se trata de botellas de tinta sino de lana teñida de dichos colores. Dado que los judíos tenían muchas ovejas, es lógico decir que tenían mucha lana y también es logico decir que parte de la lana era teñida de diversos colores. Lo mismo en cuanto a shesh, dado que shesh es tela de lino y el lino crece en Egipto, es de entender que cuando los judíos vaciaron a Egipto previo al éxodo, llevaron también lino. 


Ahora entendemos por qué Rashi comienza su comentario con la palabra “Y”, “Y ¿de dónde tuvieron madera de acacia?”. Viene a continuación de la pregunta anterior que Rashi contesta en cuanto a cómo tuvieron los colores y lino. Se trata de lana teñida y de tela de lino, dice Rashi y sigue: Y ¿de donde sacaron madera de acacia? Y la respuesta es que Iaakov lo había previsto y preparado.


Pero, todavía no se entiende:


Si bien entendemos del texto que los judíos poseían madera de acacia, ¿qué necesidad hubo que Iaakov plantara dichos árboles unos 200 años antes de que recibieran la orden de construir el Santuario; no podían comprar la madera, llegado el momento?


Se podría explicar que dado que Iaakov sabía que llegado el momento de construir el Santuario la orden sería “tomar” de ellos los materiales de construcción de lo que ya tenían y nadie iba a tener madera porque nadie sale de viaje al desierto llevando consigo tablones de madera, era necesario que él trajera de Israel árboles de acacia para plantarlos en Egipto y ordenar a sus hijos que los llevaran consigo al salir de Egipto. De esa manera lo “tendrían”, llegado el momento.


Pero, esta explicación agranda la pregunta aún más: Iaakov les proveyó de árboles como consecuencia de la manera que Di-s iba a expresarles la orden unos 200 después. O sea, podríamos decir que la orden fue dada de esa manera —“tomar”— para que Iaakov plantara árboles en Egipto. ¿Por qué será tan importante que lo hiciera así?


Rashi insinúa la respuesta al citar la fuente de la explicación: Rabí Tanjuma. “Tanjuma” está relacionada etimológicamente con la palabra “tanjumin”, consuelo. Iaakov trajo y plantó los árboles y ordenó a sus hijos, y ellos a su vez a los suyos, que, llegado el momento, deberían llevar los árboles consigo para construir un Santuario en el desierto, con la finalidad de que al ver estos árboles durante los siglos de sufrimiento indescriptible les sirva de aliento y consuelo al recordar que los árboles están ahí porque eventualmente el pueblo judío va a ser liberado de la esclavitud.


Un detalle más:


Rashi no dice solamente que Iaakov plantó árboles en Egipto para ser llevados eventualmente, sino trae también el detalle de que los trajo consigo. ¿Qué nos aporta ese detalle de que los árboles fueron importados?


Aporta al tema del consuelo. Ver los árboles que vinieron de Israel ayudó a los judíos a conscientizarse del hecho de que ellos tampoco eran de allí ni permanecerían allí en esclavitud. Ellos, igual que los árboles traídos por Iaakov, saldrían y volverían “a casa”, llegado el momento.


Una vuelta de tuerca mística


Ese consuelo de Rabí Tanjuma sirve también para nosotros hoy en día en cuanto al exilio que estamos atravesando, ya que todos los exilios son extensiones del exilio en Egipto.


El exilio se compara con el viaje en el desierto. La finalidad es construir un santuario en el desierto. O sea, crear una morada para Di-s inclusive en situaciones tan inhóspitas como el desierto, tanto literal como en sentido figurado. Al lograr ese objetivo mereceremos cumplir con la orden de construir el Templo, el tercer Beit Hamikdash, en el cual se revelará también el Santuario que construyó Moshé.  


¿De dónde sacamos la fuerza para no solo superar la oscuridad del exilio sino lograr construir allí un Santuario? La respuesta es: de los cedros que nuestro patriarca Iaakov trajo y plantó en Egipto.


Los cedros representan a los justos, quienes están parados firmemente como los cedros. Más específicamente se refiere a los Nesi’im, los líderes de cada generación, los “príncipes”, por su destacada altura espiritual.


El vínculo especial con Iaakov yace en el hecho que las letras que componen la palabra Nasí son también siglas de las palabras Nitzotzo shel Iaakov Avinu, una chispa de nuestro patriarca Iaakov. El alma de Iaakov engloba a todas las almas judías de la historia. Del mismo modo, el Nasí de cada generación, poseedor de una Neshamá Klalit, “alma general”, contiene a  todas las almas de su generación y (por lo tanto) los unifica a todos.


Rashi dice que fue nuestro patriarca Iaakov quien trajo “cedros” a Egipto. Todos los Nesiim son chispas de Iaakov Avinu y su origen es Éretz Israel, porque en realidad están por encima de todo el tema del exilio. Es para dar al pueblo judío el poder necesario para superar la oscuridad del exilio y construir ahí un Santuario que los “plantó” en Egipto, o sea los instaló en tiempos de exilio.


Esto es la fuente de consuelo para el pueblo judío cuando se encuentran en el “desierto de las naciones”: tienen a los “cedros” que Iaakov plantó en cada generación, y que se encuentran más allá del alcance del exilio. El pueblo judío los ve y se inspira por ellos para no ceder ante la oscuridad sino superarla hasta inclusive construir un Santuario en el desierto mismo.


Al lograr ese objetivo mereceremos el verdadero consuelo, el único consuelo posible luego de haber sufrido este último exilio tan extendido: la verdadera y completa redención por medio de nuestro justo Mashíaj, literalmente, tangiblemente e inmediatamente.


Fuente: Likutei Sijot 31, págs. 142-148


—————————————————

  1. Éxodo 25:1 - 27:19

  2. Ibid 25:5

  3. Éxodo 25:2,3.

  4. Génesis 41:42

댓글


SUSCRÍBASE

Gracias por suscribirse

Ubicación

Sinagoga Ajdut Israel - Beit Jabad
Parada 13 y 1/2. 
Montevideo casi Londres.

Contacto

  • X
  • Instagram
  • Facebook
  • YouTube

© 2022 - Eliezer Shemtov

bottom of page